Arranqué la terapia con Max en agosto de 2016. Desde ese momento hasta la fecha el supo todo de mi. Gracias a el pude llegar a conocerme cómo lo hago, a desarrollar ese poder de identificar los pensamientos y las emociones y a pulir esa resiliencia. Estuvo en momentos de suma oscuridad; tener sesiones con el me daba mucha paz. Siempre sentí alivio luego de casa sesión, junto con Max se muere una parte de mi. Abrazo a la familia, quiero que su mujer e hija sepan el extraordinario ser humano que pasó por sus vidas. Descansá en paz Max, hasta que nos volvamos a ver.